10 años lleva la biblioteca ayudando a culturizar las mentes de los nazarenos. O eso creían los padres, engañados por sus hijos varones. Al parecer, los jóvenes con cromosoma XY asisten a la biblioteca Pedro Laín Entralgo para quedarse en el pasillo de afuera, momento que aprovechan para relacionarse, contarse las batallitas del fin de semana y ver pasar a las jacas intelectuales del Imperio, que éstas sí que entran a estudiar Medicina y Filología inglesa.
El pasillo superior es un hervidero de machos deseosos de comerse algo con el rollito de que son estudiantes y alternativos, pero la verdad es que los pobres no fornican ni empujando para atrás.
Los conserjes del edificio conocen ya por nombre y apellido a todos los asiduos a la biblioteca, ya que se pasan horas y horas dando vuelta por el edificio: “Hay un tipo grueso con gafas progresivas y barba que viene a desayunar, comer y cenar a la máquina del café y los donuts. Es uno más de La Familia.
Desde La Gaceta Nazarena pedimos a todos aquellos varones que acuden a la biblioteca que la estrenen de una vez por todas, que entren y comprueben que existe un universo para-lelos.